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LOS JOVENES OPINAN
Entrevista a Alexis Velo Brunet
Ex voluntario en cuestiones género en Guayaquil
Memoria Ciudadana (MC): Las viejas maquinarias políticas del Ecuador quedaron prácticamente aplastadas en las elecciones últimas (30 de septiembre), en las que se eligieron a 130 asambleístas para redactar una nueva Constitución. La mayoría lograda por el movimiento oficialista, y los gobiernos de izquierda que cada vez suman más en Latinoamérica.
Alexis Velo (AV): Bueno en primer lugar decir que me permito responder a estas preguntas desde un modesto punto de vista: el de un joven europeo que vivió y conoció el Ecuador durante casi un año trabajando como voluntario en cuestiones de género, y que guarda muy buenos recuerdos de este bello país y de sus gentes.
MC: ¿Dan cuenta –quizá- de un despertar de nuestros pueblos, aún cuando los niveles de educación siguen siendo los más bajos o cuál es la respuesta a este fenómeno?
AV: Quiero pensar que es el despertar en efecto de un letargo, un despertar muy esperado y de esos que a uno le devuelven la fe en los cambios sociales y la capacidad de los pueblos de dar la vuelta y transformar el mundo. Espero que sea un despertar además continuado y que la reacción a favor del cambio sea una postura crítica que se mantenga. Los pueblos podemos realizar y dar la vuelta a cualquier situación aunque desde lo establecido y los poderes fácticos con frecuencia se fomenta lo contrario. Eso tienen que saber los políticos y tenemos que demostrar que así seguirá siendo.
MC: Para ti, ¿cuál es el límite de los “plenos poderes” que se le otorgan a la Asamblea Nacional Constituyente?
AV: Por supuesto la Asamblea debe respetar el gobierno del pueblo, es decir las reglas democráticas. Y debe velar porque se respeten los Derechos Humanos en la República del Ecuador. En mi opinión la Asamblea debe inspirarse en el deseo de cambio del pueblo ecuatoriano y aprender de todos los errores cometidos por gobiernos anteriores que han ido en contra de un desarrollo sostenible y digno de los ecuatorianos y ecuatorianas.
Además, creo que la Asamblea y el gobierno deben pensar a largo plazo e idear un plan para que el pueblo ecuatoriano pueda disfrutar de cambios sólidos y a largo plazo, la única manera de que de verdad cambien esas viejas estructuras.
MC: ¿Cuál sería el papel de las organizaciones sociales una vez instalada la Asamblea Nacional Constituyente?
AV: Creo que tanto ahora como después, los movimientos y organizaciones sociales deben ser esos observadores y actores que desde una postura crítica y plural propongan alternativas, como lo han hecho en tiempos mucho más oscuros. No me puedo imaginar el panorama actual del continente y de otras regiones del planeta sin la existencia de estos movimientos que, en muchas ocasiones, y lamentablemente, son los únicos que se han preocupado por problemas tremendamente importantes, y los únicos que han demostrado tener alternativas originales a problemas que sólo ellos parecían comprender como tales.
Sin perder su postura crítica estas organizaciones deben colaborar con el Estado para el bien del pueblo, pues ellos tienen una larga experiencia en el contacto directo con las necesidades más acuciantes de la sociedad ecuatoriana. En su largo y a veces difícil camino estas organizaciones han acumulado una experiencia y cercanía que muchos políticos jamás tendrán. En estas organizaciones y movimientos se ha demostrado la existencia de un capital humano muy capaz de analizar su realidad y proponer alternativas de cambio. Así debe seguir siendo, y el resultado de esto con un gobierno transparente, justo y democrático será sin duda el progreso social del país.
MC: ¿Cuán complejo sería para Latinoamérica crear un solo bloque, como lo es la Unión Europea, por ejemplo?
AV: Bueno, como europeo podría hablar largo sobre la Unión Europea. Las comparaciones siempre son difíciles y peligrosas aunque sólo un ejemplo: cuando la Segunda Guerra Mundial acababa de terminar, nadie apostaría a que ese continente devastado por guerras fraticidas podría apenas quince años después asentar las bases de lo que hoy conocemos como la Unión Europea, precisamente entre los dos países que más se habían matado. Aunque se critica mucho su connotación económica fundacional lo cierto es que la Unión Europea ha significado un periodo paz y prosperidad que no se había dado en siglos en Europa occidental. Con esto quiero decir que más que un problema complejo, que ha sido y sigue siendo el proceso de integración europea, se trata más de voluntad política y de los pueblos que de otra cosa. Sin embargo el camino no ha sido fácil para llegar hasta lo que es hoy ha habido numerosos tratados, retrocesos y sobre todo, cincuenta años. La Unión Europea es hoy una maquinaria complejísima que mezcla política, economía, cuestiones sociales y medioambientales, y un sistema burocrático que lo hace funcionar.
Por supuesto no tiene porqué ser igual en América Latina, pueden darse alianzas igual de fuertes a través de otro sistema. Lo importante es que cada vez más parece evidente que los países ganan más cuando tienen alianzas regionales. Además Latinoamérica tiene semejanzas históricas y culturales, y muchas necesidades y retos comunes que podrían fomentar uniones internacionales fuertes, que hagan valer las necesidades de los latinos y les haga disfrutar de su soberanía frente a otras potencias mundiales.
MC: ¿Consideras que tiene futuro esta corriente –de izquierda- en América Latina?
AV: Espero que si, así debe ser, y como he mencionado anteriormente espero que no se pierda el espíritu crítico. Espero que la coyuntura internacional siga permitiendo a Latinoamérica buscar sus propias soluciones.
Además deben estrecharse los lazos con movimientos similares en Europa y otras regiones, como se ha hecho en los foros mundiales. Recuerden que desde esas regiones de donde a los países de Latinoamérica le llegan muchos de sus problemas, hay también ciudadanos y ciudadanas que simpatizan y observan expectantes la evolución de la política y de los cambios acaecidos en los últimos años.
Siempre tiene que haber alternativa y el pensamiento crítico es una materia prima que no abunda. Espero y confío en que la nueva coyuntura del Ecuador asiente las bases de un progreso social duradero e igualitario.
Fdo. Alexis Velo Brunet-Ex voluntario en cuestiones género en Guayaquil, Ecuador
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