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ESOS OTROS SIMBOLOS PATRIOS
Un ejercicio de multiculturalidad en el proceso constituyente
Por Pablo Mogrovejo
Asesor, Asamblea Constituyente
La interculturalidad ha sido uno de los enunciados más importantes en las ultimas constituciones. Sin embargo. Pocos han sido los alcances desde el Estado por asumir este concepto fundamental para la el diálogo y la integración de una sociedad diversa. Las estrategias diseñadas para desarrollar esa interculturalidad se han limitado a la educación intercultural bilingüe.
Este vacío la interculturalidad tiene profundas consecuencias en la sociedad ecuatoriana y de cuando en cuando ha validado ciertas prácticas de racismo. En 2001, por ejemplo, el Gobierno de Gustavo Noboa incluyó una pregunta dentro del cuestionario del Censo de Población en la que se les pedía a los encuestados definir su grupo étnico. Los resultados de ese censo1 han sido repetidamente utilizados como un medio de minimizar la presencia de las culturas que no provienen de la matriz occidental europea.
Este tipo de comentarios se repite frecuentemente, desde los medios de comunicación del establecimiento, aunque es usual escucharlo hasta en el propio plenario de la Asamblea Constituyente.2 Está claro, entonces, que en el Ecuador no hay un reconocimiento a las culturas que no provienen de la matriz europea-occidental.
El escudo
En general la multiculturalidad también ha topado con los grandes obstáculos que ha instalado el establecimiento, para la protección preferente de estilo de vida occidental y de la tradición greco-romana y judeo-cristiana, en formas fundamentales que van desde la estructura jurídica liberal, hasta los cánones de la escritura musical y dramática.
La comunicación visual entendida desde su forma más amplia en la iconografía y en la producción de imaginarios no escapa a esas miradas tan sesgadas de entender a la diversidad cultural local. Desde este punto de vista, los llamados símbolos patrios son otra expresión de las limitaciones de ese imaginario.
El caso del escudo nacional es bastante ilustrativo. Representación del pensamiento republicano local, el escudo ecuatoriano está mayormente compuesto por elementos de la iconografía moderna europea, tan admirada por próceres, poetas y presidentes criollos.
Entre neoclásicos y modernos al menos siete elementos pertenecen a esa tradición occidental. En él están presentes el laurel, el olivo (cómo dice Alberto Mendoza de la Fortaleza de la Identidad Manabita, ¿alguien ha visto sembrado un huerto de olivos dentro del territorio ecuatoriano?), y el lío de haces consulares, típicos símbolos greco-romanos. Tanto así que el mismísimo lío de haces consulares fue también la insignia central del fascismo italiano del pasado siglo XX.
Finalmente sorprende que el único elemento simbólico que proviene de la tradición precolombina es el sol, aunque éste también es una representación frecuente y de peso en la simbología occidental-europea (Luis XIV de Francia, el Dios sol).
El objeto del presente documento no es el de proponer un nuevo escudo, una nueva bandera o un nuevo himno, temas que deberá resolver la ley secundaria. Se trata más bien de abrir un debate y diálogo sobre la multiculturalidad y la posibilidad de que la Constitución pueda incluir otros símbolos patrios de carácter más ancestral. Este proceso en sí mismo, es un reconocimiento justo a otras culturas que han persistido en el tiempo a pesar de la presencia supra-cultural de la matriz centro europea.
CRITERIOS, CONTENIDOS
Antes de mencionar los símbolos contenidos en este documento, es importante convenir en los acuerdos de criterio por los cuales se ha guiado esta propuesta.
De partida se trata de símbolos, es decir de imágenes que no solo expresan un concepto, si no que han sido legitimados por un largo recorrido e intercambio ritual y cultural. Y por otra, son símbolos que no nacieron de la imposición de una cultura sobre otra, y al contrario han nacido a partir un diálogo entre culturas, un proceso que han construido o contribuido al estilo de vida andino, la cultura viva más importante de América del Sur.
Al hablar de una tradición andina, de ninguna manera hay una referencia exclusiva al imperio inca, y por lo contrario, se trata de un proceso bastante anterior a la llegada del imperio del Cuzco. Tampoco se circunscribe al actual entorno social de la zona montañosa de la cordillera de los Andes; se trata de un proceso de diálogo milenario que incluyó por igual a pueblos ancestrales del Pacífico, del Austro y de la Amazonia.
Los símbolos aquí presentado expresan alguno o varios de los tres contenidos que identifican histórica y socialmente a lo que hoy conocemos como Ecuador. Estos son la posición geográfica (en la línea ecuatorial y en el punto más próximo al sol), la fertilidad y la diversidad.
Finalmente, esta propuesta propone que la Constitución se convierta en documento multicultural, no solo a nivel jurídico sino también a nivel didáctico; la inclusión de estos otros símbolos patrios es una oportunidad para que las nuevas generaciones conozcan de un pasado que a la vez es presente, y al mismo tiempo que tengan alcance a unos símbolos que hablan de ellos como unos sujetos a reconocerse desde distintos orígenes y épocas. En definitiva es el reconocimiento a la diversidad, en la que uno mismo se puede ver reflejado o representado, una diversidad que va más allá de la omnipresente cultura de tradición occidental. Es también una vía para establecer otros diálogos con culturas y diversidades indistintamente contemporáneas o ancestrales.
LA SPONDYLUS
La concha Spondylus es un molusco parecido al ostión pero de concha erizada, de colores naranja o rojo (Spondyus princep) o blanco con bordes morados (Spondylus conifer), cuyo hábitat se extiende desde el Golfo de California hasta el norte del Ecuador.
Era considerada como símbolo de sexualidad, fertilidad, agricultura y lluvia, y gracias a la expansión del pensamiento andino pre-colombino tuvo un uso ritual y de estatus en territorios que hoy corresponden a los países de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile y Argentina. El gran valor de esta concha proveniente de la actual costa ecuatoriana se debía en parte a que era un objeto difícil de obtener dado lo distante de su origen (30 m. de profundidad) y al hecho de que para poder obtenerlo había que bucear a grandes profundidades. Pero su importancia se sustentaba, sobre todo, en que la mayoría de estos pueblos consideraban al mullu el alimento preferido de los dioses y solían ofrendarlo en los cerros para obtener lluvia.
El tráfico del Spondylus se extendió por el sur hasta la zona Surandina y por el
Norte hasta Mesoamérica, donde se utilizaba sus valvas como moneda de cambio. La tumba del Señor de Sipán en Perú —reconocida como el hallazgo arqueológico más importante del siglo XX, según la revista Nacional Geographic— contiene varios artefactos confeccionados con esta concha.
El término kichwa para la Spondylus es mullu, y su asociación con otras conchas como el pututo (Strombus - caracola) viene de épocas tan remotas como el asentamiento de Real Alto (cultura Valdivia). Esta asociación tiene un rol simbólico de fertilidad (mullu) y de control del tiempo ritual y diádico (pututo). Entre ambas conchas se creó toda una simbología que mezcló la ritualidad espiritual con el prestigio de estatus social.
LA CHAKANA, LA CUATRIPARTICIÓN O CUATRIMETRIA
La gráfica andina en cuatro hemisferios armónicos es quizás una de las expresiones visuales más ricas de la humanidad; y esto, a pesar, de que la cultura andina está mucho atenta a otros sentidos como el oído y el tacto.
De los grafismos contenidos en la cerámica y en los sellos corporales del Período Formativo (Chorrera y Cerro Narrío, por ejemplo) ya se puede establecer los principios básicos de la filosofía andina clásica y contemporánea. Visualmente el efecto de espejo es una vía de acceder al mundo armónico, espiritual y paralelo de valores como la relacionalidad, la reciprocidad, la correspondencia y la complementariedad. Prácticamente se establece un orden fractal que representa a los principales elementos del mundo andino: hombre/mujer, oeste/este, noche/día, verano/invierno, agua/tierra, luna/sol, oeste/este, nube/rayo, madre tierra/cumbres.
En su conjunto, la cuatrimetría logra expresar toda una filosofía holística, que a diferencia de la occidental, está no está estructurada en el individuo, sino en una serie de relaciones y nudos conexos entre la comunidad, el ser y el cosmos. Este ordenamiento está presente en todo el mundo andino, desde la gráfica contenida en sus artefactos ceremoniales hasta la posición de sus centros astronómicos. Al igual que la spondylus, la chakana tuvo una repercusión en todo el mundo andino sudamericano.
El elemento gráfico más importante de la cuatripartición es la chakana (chaka: puente, unión/hanan: alto, arriba y grande), también llamada cruz andina.
LA WIPALA
La wipala es un símbolo que une por igual a todos los pueblos kichwas y aimaras de los Andes, pueblos que en conjunto formaron el Tawantinsuyu. Hecha a la medida de los principios andinos de equidad e igualdad, la wipala tiene un diseño cuadrado y se diferencia de las banderas rectangulares de occidente. Al igual que otros símbolos andinos es un pieza que cumple con varias funciones holísticas, que van desde de lo ritual hasta el ordenamiento del calendario lunar y solar. La bandera siete colores (rojo, naranja, amarillo, blanco, verde, azul y violeta) históricamente se ha convertido en un símbolo de resistencia del mundo andino (sobre todo en Ecuador, Bolivia y Perú) frente a la exclusión de las regímenes mestizos.
EL JAGUAR
El jaguar es uno de los cuatro animales sagrados del mundo espiritual precolombino, junto al caimán, la serpiente y el águila. Su presencia es común en la mitología de los períodos formativos de América del Sur incluye culturas regionales como la de Valdivia, Machalilla, y Chorrera en Ecuador, Chavín en Perú, San Agustín en Colombia, Chiripa en Bolivia, San Pedro de Atacama I y II en Chile, Aguada, Ciénaga y Condorhuasi en Argentina. En uno de los primeros vasos ceremoniales de Valdivia es fácilmente reconocible la figura del felino con la cola recogida. Su presencia es importante en todas las culturas precolombinas ubicadas en zonas selváticas, y que geográficamente comprende los territorios que van desde México hasta Bolivia.
Una manera de explicar el culto al jaguar es por su extraordinario manejo territorial y espacial, sobre todo para grupos que buscaban un lugar de estabilización y de prácticas sedentarias. La relaciones mágicas entre el yachag y el jaguar se enfatizan aún con el uso de sustancias alucinógenas y ceremoniales, como el ayahuasca. Cuenta el Inca Garcilaso que el culto del felino fue anterior a los Incas quienes "se dejaban matar" por el tigre cuando lo encontraban y en general no lo cazaban.
OBSERVACIONES DE LA ECUARUNARI AL DOCUMENTO OTROS SIMBOLOS VARIOS
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La Multiculturalidad.- La propuesta del movimiento indígena es la plurinacionalidad, no la multiculturalidad, ya que no se trata de un mero reconocimiento de una realidad cultural, sino a la estructuración del Estado a partir del reconocimiento de las estructuras políticas, económicas, jurídicas y culturales de las nacionalidades y pueblos indígenas, en tanto entidades socioculturales históricas.
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La concha Spondylus o Mullo.- representada por una espiral, es un símbolo de representación del tiempo-espacio en movimiento, de sus ciclos; es el sentido de la historia.
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La Chakana.- En la parte norte del mundo andino (actual Ecuador) el símbolo más representativo era el espiral del mullu, que se convino luego con el sentido de la Chakana, por eso la ECUARUNARI recupera los dos símbolos, en el centro de la Chakana va el espiral.
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La Wipala.- Si bien estamos de acuerdo con los contenidos espirituales y filosóficos de la Wipala cuadrada, la CONAIE políticamente recupera la Wipala horizontal de siete colores, ya que con ella se levantó Tupak Amaru en 1781, por la independencia, y la representación de la unidad en la diversidad.
Creemos que se debe recuperar un símbolo de la naturaleza, para el mundo indígena es bastante representativo la Chukiragua, como símbolo de resistencia
1 Revisando los resultados del Censo de Población de 2001 uno no deja de sorprenderse como el grupo étnico-racial-auto-reconocido más importante luego de los mestizos, es el de los blancos, muy por encima del de los indios, negros y mulatos. Sorprende también que los dos cantones con mayor presencia de autoreconocimiento del grupo blanco sean los cantones de Samborondón (20,1%) y Guayaquil (18,6 %).
2 En sus comenatarios sobre el articulado de Soberanía Territorial, el asambleísta Alfredo Ortiz Cobos afirma que “decir que el territorio del Ecuador es legado de nuestros pueblos milenarios encierra muchas dudas. La historia de nuestro pueblo no es milenaria, como el pueblo chino, judio, etc…”
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