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24 de julio de 2008
Con 94 votos nace un nuevo país, mientras la derecha no tiene qué celebrar

Mariela Tuárez V. (*)
MC



Así lucía el pleno de la Asamblea Nacional Constituyente este jueves. Mientras los unos celebraban y ondeaban banderas, los otros observaban desde sus curules, amaniatados/as por un que superó los cálculos de los mismos oficialistas.

La Asamblea Nacional Constituyente (ANC), tras nueve horas de estar votando el texto final de la  vigésima Constitución, concluyó su trabajo a las 22h50 de este jueves.

Con 94 votos a favor; 32 en contra; cero abstenciones; y cuatro ausencias, el pleno aprobó la Constitución.

Considerada por el oficialismo y algunos analistas internacionales como una de las más avanzadas del mundo por reconocer los derechos por ejemplo, del agua, de la naturaleza. Además, establece a las personas como principio y fin de la economía, mediante un sistema económico solidario.

“Hoy estamos en la noche en que nace un nuevo país”, expresó Fernando Cordero, presidente del organismo.

La sesión de este día estaba destinada a que los asambleístas argumentaran en tres minutos máximo, su voto. Se instaló cerca de las 13h00, luego de que se aprobara el día viernes 25 como feriado nacional, para que los/as ecuatorianos/as puedan seguir la sesión desde sus hogares, según el asambleísta César Rodríguez, quien propuso dicho punto. Además, el asambleísta de minoría, Rafael Esteves, fue designado para pronunciar un discurso a propósito del natalicio de Simón Bolívar.

Las intervenciones de los asambleístas se dieron en orden alfabético. Los ausentes de este día fueron la independiente Mae Montaño y León  Roldós de la Red.

Para la Asambleísta Alexandra Ocles, esta es una “Constitución vanguardista" a la que votará sí, "porque tiene rostro de mujer, porque tiene el rostro de mi hija”.
Los discursos de la oposición redundaron en que esta es una Constitución abortista. “Voto no por esta Constitución que irradia odio y sangre”, repitió enfáticamente la asambleísta de Los Rios, Gissel Rosado. Por su parte, las/os asambleístas de la mayoría dedicaron parte del tiempo de su intervención a responder esos argumentos. Algunas, como María Paula Romo, los/as acusó de ser "hipócritas".
María Palacios, dijo que sí "porque ésta es una Constitución hecha a la medida del pueblo ecuatoriano".

Al transcurrir las horas, la euforia se apropió de los discursos. No faltó quienes soltaran un “carajo” ya sea a favor o en contra.

Las sorpresas también estuvieron a la orden. Rommel Rivera, asambleísta de Sociedad Patriótica, votó afirmativamente. “Esta es una decisión que debo cumplir por ética”, dijo. La decisión provocó largos aplausos de la bancada de mayoría.
Y hubo quienes -incluso- apoyando el texto final no terminaron contentos completamente. “No hemos avanzado como el movimiento indígena hubiera querido. Sin embargo, esto es un proceso y seguiremos luchando para conseguir nuevos avances en las próximas Constituciones”, afirmó Jorge Sarango, asambleísta por Zamora Chinchipe.

De su lado, desconcierto y desilusión fue lo que provocó el discurso de Martha Roldós, quien de manera seguida entraba y salía de la sesión. Y finalmente cuando le tocó su turno manifestó que no sabía cómo votar y que estaba en su derecho. "No voy a decir cómo voy a votar. No tengo una posición y creo qye la mayor parte de la población tampoco la tiene", expresó.

Los discursos que arrancaron aplausos y reacciones de parte y parte fueron los de Fernando Vega, Paco Velazco y Leonardo Viteri.
“Una Constitución no debe ser creyente ni atea. Solo debe ser democrática. No es verdad que esta Constitución sea abortista ni promiscua. Esta es una Constitución libre y respetuosa. Esta es una Constitución nueva y buena, incluso con los apuros del padre que ha querido que nazca antes de tiempo”, con energía y seguridad  manifestó Vega.

Mientras Roxana Queirolo y Diana Acosta ondeaban una camiseta negra con un leyenda que decía “Yo voto no”, Paco Velazco señalaba el ala derecha del pleno  (donde se encontraba la oposición) y decía: “No puedo creer que no conozcan al pueblo ecuatoriano”.
Por su parte, el socilacristiano Viteri, quien era aplaudido y rodeado por su compañeros, insistió en que esta es una Constitución que afrenta a Manabí, provincia sede de la Asamblea.

Terminadas las intervenciones de los y las asambleístas, docenas de banderas del Ecuador ondeaban por toda la sala. Los presentes coreaban consignas como “alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina”.

Tras dos votaciones y un pedido de reconsideración, que fue negado, el pleno aprobó la vigésima Carta Política del Ecuador. Acto seguido se entonaron las notas del Himno Nacional.

La sesión 96 fue clausurada en medio de “se ve se siente el sí está presente” de un lado. Mientras que los/as asambleístas de minoría, cual la escuelita del Chavo del Ocho, reían y coreaban “No. No. No”.

Treinta minutos después, los/as asambleístas de la mayoría continuaban en el pleno felicitándose, al tiempo que los de la minoría eran abucheados por ciudadanos/as que esperaban en los exteriores del recinto. "Estos son, aquí van los traidores de la nación", a una sola voz se escuchaba, cada vez que los simpatizantes del no salían del pleno.

La celebración continúa (23h30): lágrimas, fuegos pirotécnios, pasillos de las provincias de Manabí y Guayas… Sentimientos encontrados los/as invaden a todos/as, y eso por la satisfacción del deber cumplido.

(*) Equipo de prensa Memoria Ciudadana

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